miércoles, 15 de julio de 2020

Patria, de Fernando Aramburu


         Ayer terminé de leer Patria. Y voy a escribir unas reflexiones aquí, en mi blog, que son para mí. Como casi todo lo que publico en este rincón: Para acordarme, aprehender todo lo sentido y vivido durante la lectura, para volver a este texto y sentir las sensaciones que tengo hoy, recientes y latentes. Para ordenar las ideas y dejar constancia de las cosas que te hacen sentir vivo. Por supuesto si no has leido el libro para aquí porque hay muchos SPOILERS.

       Al terminar la lectura hice algo que suele ser rutina en mí cuando acabo un cómic, serie o película. Googleo el nombre de lo que he disfrutado (si no me ha dejado algún poso no pierdo el tiempo) y a continuación pongo "crítica". Y leo opiniones, blogs, artículos en prensa, en secciones culturales para comprobar si se parecen en algo mis emociones a las que ha suscitado en los demás determinada obra. La lectura de diferentes puntos de vista me agitó de manera que necesitaba poner en orden mis ideas, así que en ello estoy. Es la primera vez que lo hago con un libro, la ocasión lo merece, pese al vértigo.

Patria cuenta la historia de dos familias con amistades sinceras e íntimas que son separadas por el conflicto vasco. Esta separación es una metáfora sobre como la escisión social ha destrozado la convivencia entre los ciudadanos de Euskadi y cómo la independencia y el terrorismo de ETA ha fracturado la convivencia social. El libro comienza cuando ETA hace el comunicado sobre la renuncia a la "lucha armada" y pone fin a la violencia, lo que hace que Bitori, viuda del Txato (asesinado por ETA) quiera volver a su pueblo y, algún día, llevar al cementerio municipal a su marido para su descanso eterno. Pues la situación de agitación e inestabilidad no hicieron posible que lo enterraran en su casa. Evidentemente en Internet hay muchas críticas del libro, y yo ni soy crítico ni pretendo más que dejar aquí, en mi blog, unas impresiones que si no las dejo por escrito las voy a olvidar. Además me gustaría explicar mi visión de los personajes y su condición, pues no estoy en absoluto de acuerdo con lecturas y críticas que dicen que demonizan a los del lado etarra. Demoniza, claro está, la violencia y los asesinatos, pero no a las personas. Xose Mari entra en ETA porque tiene unas convicciones primarias, con un sentido naif de la pertenencia a un país, presionado y admirado por un entorno que hace héroes a sus "luchadores". Se comporta como un guerrero ejecutor que no se cuestiona, en su juventud los temas morales. Al contrario su hermano Gorka vive con angustia esa presión social. Él ama su tierra, es un gran escritor en euskera, pero no lleva bien esa estructura cerrada que te presiona si no muestras tus intenciones claras y estás de forma incondicional con su causa. Va a manifestaciones para no ser señalado, tiene pósters en la habitación para aplacar al hermano, pero su sentido de la nacionalidad va por otro lado. Y quizá sea el personaje más preparado para trascender y hacer trascender la cultura vasca de todo el libro. Xose Mari no es un malo plano, bruto e irreflexivo. Es una persona que piensa que sus ideales lo justifican todo, hasta que en la cárcel se le derrumba todo cuando ve las condiciones en que ha quedado su hermana Arantxa después del ictus. Ve la realidad de otra forma y abandona todo. Ve el sinsentido de perder su vida entre cuatro muros, su juventud, por luchar de una manera vil, cobarde y salvaje, que es lo que hacía ETA. Su madre, Miren, se radicaliza en lo abertxale porque es la única persona que tiene al 100% Xose Mari; ella es consciente de que Joxian, Arantxa y Gorka no comparten esa deriva. Ella, madre, no encuentra más camino que ser una incondicional de la causa independentista que no es sino ser incondicional a su hijo. Porque si no se queda solo. Es un acto de amor hacia Xose Mari, manteniendo su moral alta en las visitas a la cárcel. Aramburu muestra la problemática de los viajes largos por la dispersión de presos. Muestra las torturas policiales, el miedo de la familia cuando les hacen un registro nocturno sin ningún miramiento ni cuidado. No justifica lo que es reprobable, venga del lado que venga. No comparto esa postura de que sólo muestra con amabilidad el lado de las víctimas españolas. Se ve el sufrimiento de todos. Este libro es una metáfora de la ruptura social y moral vasca. Como rompe familias, amigos, libertades, pensamientos toda esta situación del conflicto vasco. Nerea, hija del asesinado Txato, se enfada con Arantxa (hermana del etarra) por no querer ir a un acto de homenaje a un terrorista muerto. La telaraña mezcla familias, gente amistades, vecinos, todo se confunde en la maraña. El Txato es un empresario honesto, muy amigo, hermano, de Joxian. (La izquierda radical-en este caso abertxale-, en su línea de hacer sinónimo al empresario con el explotador) lo extorsiona, lo presiona en el pueblo de una manera tan evidente que lo hacen invisible, irrespirable todo. Y después, por no tragar, pagar o irse, dos tiros a bocajarro. Es que la crítica que hacen de la poca objetividad de Aramburu es inconcebible: no puede justificar los asesinatos. Pero denuncia también la violencia del estado español, las cosas mal hechas. Lo que no se pone es en una equidistancia, porque no es una guerra a campo abierto. Es gente que bajaba a Sevilla o a Murcia a pegar tiros en la nuca a gente paseando por ser concejales del PSOE o del PP o llevar uniforme.
En definitiva, para mí, Aramburu habla de la ruptura, de la herida, de la escisión y la tragedia, pero cierra con esa mirada abrazadora entre Miren y Bittori. La esperanza de un futuro de convivencia y de reconciliación. Esta generación está demasiado envenenada para verlo, esperemos que las siguientes lo consigan. ^_*

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