Continuando con mi experiencia italiana podría comentaros lo típico que ofrece el país, que no por típico es menos impresionante. Pero creo que del David de Miguel Ángel o de la Capilla Sixtina ya tenéis información de sobra. Sí puedo comentaros dos apuntes breves: La Capilla Sixtina me sorprendió por pequeñita, supongo que mi mente la había magnificado. Me sorprendió mucho el colorido atrevido y vivaz, no lo esperaba tan potente "en directo". Y el David me fascinó. No contaba con semejante epifanía, pues esperaba que en cualquier momento se girase y, mirando hacia abajo, me hablase. Supongo que sufrí algo del Síndrome de Stendhal, no sé... Pero estuve petrificado un rato. Pocas obras en directo me impresionaron tanto, recuerdo en estos momentos Las Meninas... Claro que también era más joven e impresionable, jejejeje. En serio, el David parece un muchacho pintado con talco para simular mármol. Es impresionante. Ya sé, ya sé que no estoy descubriendo nada.
Por eso, decía, prefiero hablaros (por ejemplo) de la pequeña maravilla que es la basílica de San Pietro in Vincoli. Una modesta iglesia que alberga el poderoso Moisés, de Miguel Ángel:
Me llamaron mucho la atención estas macabras representaciones de la Muerte:
O estos dos esqueletos que presiden este retrato funerario:
Investigando un poco, he encontrado este artículo, muy interesante, donde explica el gusto del Barroco, "la importancia que tenía la muerte en la vida cotidiana (en aquella vida cotidiana del siglo XVII en donde las personas agonizaban y morían en sus casas y las grandes epidemias la mostraban con una cotidianidad que a nosotros nos resultaría verdaderamente terrible pero al hombre barroco le recordaban, de nuevo la paradoja, la importancia de vivir ante lo incierto que siempre se presenta el destino)". Sumado a lo morboso de estas representaciones, que atraían peregrinos y donativos.
Ya os digo, una visita muy recomendable en Roma, cerca del Coliseo. Y no sólo por el Moisés... ^_*
No hay comentarios:
Publicar un comentario