No hace mucho twitteaba (@chemalajarin) acerca de porqué salían atractivas chicas del este haciendo topless para protestar por todo. En mi ignorancia, creía que era una bonita tradición ucraniana, enseñar busto. Pero ayer, en las noticias, dedicaron un pequeño espacio a reflexionar sobre el activismo de estas chicas, que les ha llevado a protestar contra Strauss Kahn:
contra Berlusconi
contra el turismo sexual en la Eurocopa de este año
o contra el trato que da a la mujer el integrismo
El caso es que ayer, mientras lo veía, relexionaba sobre el hecho de la condición artística que portan estas manifestaciones, estos llamativos happenings. El ver a las chicas vestidas de asistentas sexys intentando entrar a casa de Strauss Kahn mientras su propia asistenta forcejea en la puerta con ellas no deja de tener un componente metafórico y estético muy poderoso. Estas chicas utilizan sus cuerpos para atraer la atención de los medios, que la mayor parte de las veces se quedan en lo superficial (porque enseñar teta en el noticiario da audiencia), pero al menos consiguen que se hable, aunque de un modo secundario, del motivo de su protesta. Arte o no, ya sabéis que en esos lodos no me meto, sí hay que reconocerles el mérito estético (no penséis mal, hablo de la mis en scène). Además, como buen movimiento de vanguardia tienen su nombre, Femen, y su manifiesto: “¡Nuestro dios es la mujer, nuestra misión es protestar, y nuestras armas son pechos al aire!”
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