Hacer una película como "El artista y la modelo" es una apuesta arriesgada. Trueba lo tiene fácil con nosotros, la gente de Bellas Artes, los artistas, la gente enamorada del Arte, en general. Pero es una película antiactual, con todo el maravilloso sentido que encierra este palabro. El ritmo es contemplativo, tranquilo, calmado. Asistimos al proceso de trabajo de un anciano escultor en tiempos de guerra mundial. Todo es prescindible aquí, cualquier situación es satélite de la esencia del film: La búsqueda de la Idea, así, en mayúsculas. La Idea como concepto de Arte, como culmen de toda una búsqueda de la verdad propia. Como epílogo unificador a una vida de contínua lucha contra las frustraciones del artista. Contra sus limitaciones, contra la mediocridad de la mayoría de los trabajos realizados. La obra redentora que cierra el círculo y te reconcilia con todo el proceso elaborado. Si queréis una buena definición de Arte ved esta película. Pero vedla como vais al campo, a escuchar los pájaros; o como cuando vas al espigón a escuchar el sonido del mar. Uno de los grandes aciertos de Trueba es prescindir de la música. Los sonidos son los del entorno: el campo, las herramientas del escultor, los pájaros, los grillos, la respiración... Todo esto crea una suerte de sinestesia maravillosa, te sientes allí constantemente. Quieres estar allí con el escultor, quieres que te enseñe, que te guíe y te ayude a encontrar tu Idea, tu Verdad... La imagen que he puesto para ilustrar esta entrada es un dibujo de Rembrandt que tiene una importancia capital en la película. Si tuviera que explicar a los alumnos qué es el Arte utilizaría esta secuencia de la película. Porque la respuesta a la difícil pregunta, a la cuestión maldita ¿Qué es el Arte? es bien sencilla: El Arte es la Idea.
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Actualización: Maravillosa (y mejor) disección de la película en este maravilloso blog que acabo de descubrir: http://aliciaporamoralarte.blogspot.com.es/2012/10/el-artista-y-la-modelo.html