Si hay alguien que pasa con cierta asiduidad por aquí, estos últimos días habrá visto muchas pruebas. Desde que se pierde la web a que desaparece el encabezado o te redirige a un sitio donde no hay nada... Todo esto viene de una reflexión que llevo haciendo un tiempo, quizá algo que me ha acompañado durante mi vida como "artista": ¿quién soy? Esa pregunta encierra una carga existencial con la que todos, en mayor o menor medida, transitamos por el mundo. Recientes acontecimientos vividos me han hecho ver que no quería renunciar a mi primer apellido a la hora de firmar mis trabajos: López. Soy parte padre y parte madre y un trabajo freudiano me ha reconciliado con mis dos yoes que no son sino uno solo, completo e integral. Así que me puse manos a la obra para buscar cómo renacer: Pez Laja (quitando la primera sílaba y la última de mis apellidos López Lajarín), Lojarín (unión de ambos) y algunas que otras tontunas que no iban a ningún sitio. Posteriormente hice una puesta en común con amigos y vecinos para estudiar mi renacimiento. Mi ingenioso amigo Santi Arcas, guionista excepcional y colorista de Image, me sugirió alejarme de artificios de artista trendy con un nombre que unía a los dos en la mejor tradición del maestro Ibáñez (de Mortadelo y Filemón), del tebeo bruguera clásico (en definitva mi mayor maestro) y de las peliculas de Saza, López Vázquez y Alfredo Landa. Un apellido de personaje de tebeo: Lajarínez.
Así que en esto me quedo, en un renacer que será bautizado con la salida de la Afroyaya (que sí, que ahora sí que sí), también con un webcómic que actualizaré, Dios mediante, semanalmente y una web en la que estoy trabajando (y en la que recuperaré la cabecera en la que salía pintando acompañado de mi maravilloso compañero Kirby, te echo de menos amigo...)
Todo esto que os cuento no se perderá como lágrimas en la lluvia, no, porque no es hora de morir, Roy, es hora de vivir. ^_*
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