sábado, 30 de mayo de 2009

Dándole a la maquinaria

En un post anterior escribí mi teoría acerca de las corrientes por las que, actualmente, se mueve el Aarte moderno: la autoestética, la moralizante y la artesana. Lo voy a ejemplificar con pinturas ya que es el terreno en el que más cómodo me siento y más conozco:

La autoestética: en este grupo incluiríamos aquellos artistas que hacen arte para sí mismos, por el placer epicúreo del crear. Es un Aarte que no se molesta en dar explicaciones, que no siente necesidad de justificarse y que no le preocupa el populacho. Su círculo es reducido y se recrean en ello, son marginales más allá de toda justificación. Su arte es goce visual y hacen metapintura, creando autorreferencias: la pintura habla de sí misma. Un ejemplo de ello son los expresionistas abstractos como Willem de Kooning:



La artesana: estos artistas buscan el dominio de la técnica. El contenido al servicio del continente. Buscan captar la luz, la textura de las cosas, el alma expresada a través de su representación fidedigna. Son muy apreciados por el ciudadano de a pie, porque entienden lo que ven y valoran las arduas horas de trabajo del pintor. La maestría de las pinceladas que se someten a un modelo real y representan asombrosamente lo representado. Un ejemplo actual podría ser Antonio López:


La moralizante: Podríamos hablar aquí de artistas a los que les preocupa el mensaje a transmitir por encima de la forma de hacerlo. Pueden ser artistas que buscan la denuncia social o poner sobre la mesa un tema que les preocupa y quieren que sea motivo de debate. Su máxima aspiración es dejar un mensaje. Puede ser el Goya de Los fusilamientos del 3 de mayo o el Picasso del Guernica. O Frida Khalo hablando de sí misma:



Luego hay artistas que se pueden considerar una suma combinatoria de dos de estas tres acepciones que propongo como, por ejemplo, Mondrian, que podría ser a la vez autoestético y moralizante, dado que su pintura tiene detrás toda una filosofía estética:


No sé, esto es sólo una teoría. No es una tesis ni un trabajo serio, es el producto de charlas con colegas y amigos que me ha llevado a estas conclusiones. Estaría bien que opinaseis y me desmontarais el tinglado si procede, jejeje…
(y si tenéis ejemplos que corroboren mis ideas o que dudéis de que se puedan "etiquetar" también os animo)
^_*

7 comentarios:

D Marco dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, poco más que puntualizar sobre tu teoría...

sin embargo ya sabes lo inadecuado que es generalizar, así que tal vez habría que analizar individualmente a cada artista.

Podríamos establecer una serie de grados para cada corriente, por ejemplo del 1 al 5; y adjudicar a cada artista una combinación que sumase 5 según lo que más primase en su obra.

En este sentido podría ser:
Mondrian: 4 autoestético - 1moralizante

Parece una quiniela, no?

Lajarín dijo...

gracias por opinar daniel, ya empezaba a oir los grillos: cri cri cri cri...

Está muy bien lo que dices, sería una manera de catalogarlos más precisa, pero asustaríamos aún más a la gente, ¿no? jejejeje

D Marco dijo...

jejeje
la verdad es que la gente no se anima, parece que les da miedo quedar mal, ya ves... cuando ninguno somos catedráticos ni nada por el estilo.

Volviendo al tema, y ahora dando mi opinión personal, la corriente autoestética pienso que es posicionarse en la vanidad. Los caminos de la metapintura están ya un tanto agotados. Después de Malevich ¿qué más queda por decir?

Por eso pienso que el camino a seguir es el moralizante, pues la pintura que trasciende es aquella que habla de su época.
E incluso la artesana, esa que se fundamenta simplemente en la técnica, me parece mucho más sincera que la pintura abstracta entrados ya como estamos en el siglo XXI

Lajarín dijo...

Supongo que a la gente le impone por considerarse ajenos al tema, pero a mi lo que me gutsa, precisamente, es que opine gente descontaminada y ajena a nuestro mundillo.

Yo también creo que la pintura ya se ha "vengado" lo suficiente de ser destronada por la fotografía como cronista y representante visual del mundo. En su momento tuvo sentido esa búsqueda rabiosa de caminos que siguieran afirmando las cualidades y valores de este arte. Y se consiguió y ahí sigue y seguirá. Pero creo que eso ya está superado y estoy de acuerdo contigo en que las vías "artesana" y "moralizante" son las que más me interesan a mí. Eso no quita el que le echemos unas gotas de autoesteticismo, pero ese camino, por sí solo, me parece ya muy vacío y muy de pose. Será que me estoy haciendo mayor...

Jon dijo...

Hace poco releí un libro importante para mí, en el que se reflexiona sobre el arte. Me gustan las conclusiones a las que llega el autor. Os dejo el fragmento:
"Trabajaba sometido a las exigencias de dos restricciones que acabaron
ayudándole cada una a su manera. Primero, el hecho de que nadie vería nunca aquellos
cuadros. Eso era inevitable, pero, en lugar de atormentarle con una sensación de
inutilidad, parecía liberarle. Ahora trabajaba para si mismo, sin la amenaza de la opinión
de otras personas, y eso de por sí era suficiente para producir un cambio fundamental en
el enfoque que daba a su arte. Por primera vez en su vida dejó de preocuparse por los
resultados y en consecuencia los términos “éxito” y “fracaso” perdieron todo sentido
para él. Descubrió que el verdadero sentido del arte no era crear objetos bellos. Era un
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método de conocimiento, una forma de penetrar en el mundo y encontrar el sitio que nos
corresponde en él, y cualquier cualidad estética que pudiera tener un cuadro
determinado no era más que un subproducto casual del esfuerzo de librar esta batalla, de
entrar en el corazón de las cosas. Procuró olvidar las reglas que había aprendido,
confiando en el paisaje como en un socio, abandonando voluntariamente sus intenciones
y rindiéndose a los asaltos del azar, de la espontaneidad, a la embestida de los detalles
brutales."
De la biografía de Thomas Effing alias de Julian Barber, pintor imaginario amigo de Thomas Moran.

Señor Insustancial dijo...

Buenas conclusiones Chema y creo que trasladables a otros campos del arte como el cine...

Un saludo.

Lajarín dijo...

Muy buen texto Jon, define perfectamente la progresión que ha de hacer un artista si es íntegro

Sr. Insustancial creo que tienes razón. Yo hablo de lo que conozco pero supongo que se puede extrapolar a todos los campos artísticos.

saludos y gracias por participar :)