Nueva etapa

Este mes (de los coleccionables como dice Dita, yo casi me engancho a uno) también vuelve la basura a la tele (si es que alguna vez se fue) con los casting de los programas fabricafamosos

de todo a cien-garrafón (gomaespuma dixit) que me ponen de los nervios.

Pero no, no voy a dejar que nada perturbe la paz adquirida este verano zanganeando cual ameba (la verdad es que no sé si las amebas gandulean, pero bueno...) y voy a seguir limpio y positivo ilusionado en el nuevo curso-año con algunos proyectos (como siempre) pero con uno especial que tengo que poner en marcha YA del que os daré detalles pronto.

Hoy os dejo un encargo alimenticio. Si leéis el texto veréis de qué se trata. Me lo encargó un fraile franciscano (cuando trabajé en el colegio de monjas estaba bien relacionado... ah, ¿no sabíais que trabajé en las monjas? cachiiis, otro día os cuento) y me dió unos quebraderos de cabeza que ni os cuento. Hice el cartel y el librillo de actos yo solo en una semana (era puente de diciembre, qué bien) echándole 10 ó 12 horas al día y cobré una miseria. Pero todo eso viene bien para devorar libros cuando tienes oposición y quitarte de la cabeza dedicarte al diseño gráfico (también se me quitó de la cabeza dedicarme a la pintura, pero eso también os lo cuento otro día).