miércoles, 24 de febrero de 2010

Artisguais y marujartis



Estos días de ARCO he estado pensando en las polémicas (absurdas) con las que nos obsequian los telediarios para hablar de la feria de arte más importante de España. Y viene muy a cuento el artículo de Avelina Lésper sobre el museo contemporáneo donde reflexiona acerca de si el hecho de que un objeto esté expuesto en un nuseo o galería le otorga automáticamente la categoría de Obra de Arte. Y es muy interesante lo que afirma : “Mientras los museos del arte verdadero crean su acervo con obras que aún fuera de sus muros son arte, el arte contemporáneo requiere de esos muros, de esa institución, de ese contexto para poder existir a los ojos del público como arte. No demuestran características extraordinarias y necesitan que sea el contexto el que se las designe.” Por tanto esas obras modernas necesitan el contexto para ser entendidas como Arte; está “en un museo, luego, es algo con valor.” Esto es algo que ya hemos visto en esta, vuestra casa. Pero hoy me voy a poner en el lugar del creador. Que un reportero se ponga con una señora a disertar sobre el Arte, a pie de calle, me parece ridículo. Es como si ese mismo reportero entrara a una sala de jazz y dijera: “señora, ¿le parece a usted esto música?; o ese mismo reportero entrara con esa señora a un ballet contemporáneo y le preguntase: ¿eso es bailar, señora? Banalizar así el Arte se ha convertido en la moda de los enfadados con las propuestas contemporáneas. Será muy divertido llenar la sección cultural del informativo discutiendo sobre si un periódico en la pared es Arte o no, pero eso es banalizar la obra. Es como coger un libro escrito en chino y decir que no vale nada porque no sabemos chino. Parten siempre de que lo que se nos ofrece es vacío. Sí que es verdad que ahora muchos artistas se mueven en lo conceptual-contextual, es decir: su obra se explica según una historia que propone el artista (su discurso) y también el contexto en que esta hecho o presentado. Y la gente profana quiere que el discurso sea artesano. Véndeme tu técnica, que yo la valoro, pero no tu filosofía. O al menos dame una filosofía que entienda y respete. Y entenderla es difícil a veces, pero respetada debería serlo siempre.

Así que no compro la moto de los artisguais pero tampoco la de los marujartis… ^_*

8 comentarios:

js dijo...

Totalmente de acuerdo no se podía haber dicho mejor. Además que poco originales.

Jon dijo...

Los telediarios son obras instantáneas que combinan y entremezclan elementos fónicos y reflexivos, asaltando en los sentidos, el deleite del abismo.

Y sí, si está en chino no es arte.
...
Qué sacrílego, la filosofía tiene precio de yate.

Lajarín dijo...

eso es js, un abrazo

jon: la filosofía vale lo que uno quiera pagar por ella (en tu caso nada). Como con todo en la vida. Yo la prefiero gratuíta, como tú. El que la quiera comprar y pueda pagarla, pues adelante...

Valeria dijo...

artista/
diseñador.

No confundamos unos con otros, aunque de esos unos, salen los otros.

Saludos!

Lajarín dijo...

ummm... ¿qué quieres decir valnouveau? ¿con quienes identificas al artista y viceversa?

Valeria dijo...

Pues esto para mi aun es muy complicado, pues acA es muy dicho que a los diseñadores les repatEa que les digan artistas. Y los artistas acA en esta ciudad estAn peleados con los diseñadores. Pero ahora un diseñador ya puede exponer en un museo y no es que sea artista, pero segUn quien?

saludos!

Lajarín dijo...

Claro, es que el diseñador es la cara laboral del artista. Del que pone su arte a disposición de la sociedad. Ese arte sí tiene una función, está más cerca de la realidad (en el sentido profesional). Lo que pasa es que, como tú dices, los diseñadores han entrado en los museos y son una parte más del Arte, son también artistas. Saludos valnouveau (jeje, me gusta tu manera de acentuar, muy cool)

Valeria dijo...

jajajja...eso de los acentos!!! es que en la máquina que estaba no puedo poner acentos, así que al menos le pongo una mayúscula para que no se lea tan mal jeje.

saludos, bye.